Las travesuras no entienden de fronteras
¿Reirse de las desgracias ajenas es de mala educación?
Pero cuando son accidentes pequeños y sin importancia, y nadie sale lastimado y si son los niños que están implicados es realmente divertido.
Creo que todos nos podemos sentir identificados con alguna de estas situaciones: tirar una taza de café, quitar una silla, gastar una broma de mal gusto, etc.
Y seamos sinceros ¿no nos gustaría a veces a los adultos ser niños para tener la libertad de hacer alguna de estas bromas?
Divierte con las siguientes imagenes.
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